28 de mayo de 2023

Ni necios ni cínicos

El viernes que viene –2 de junio– El Territorio cumplirá 98 años. Se dice rápido, pero son un montonazo para una organización humana, especialmente en la Argentina, donde los avatares de nuestra historia reciente no parecen amigos de la prosperidad de los negocios, y no le digo nada si ese negocio es el periodismo.

Los años de un periódico se cuentan de un modo extraño, porque para sacar el primer número hay siempre un tiempo de preparación, que suelen ser meses o años de sueños y de falta de sueño. Es como el nacimiento de cualquier persona: lo contamos desde el día que salimos a la luz y no desde que fuimos un sueño, desde que nos concibieron o desde que nos descubrieron en el seno materno. Al fin y al cabo, el parto es como la salida de imprenta del primer número de un periódico: la fecha se puede fijar sin más vueltas.


No crea que fue por El Territorio que el jueves pasado –25 de mayo– Francisco concedió una entrevista a Noticias Telemundo de México. Se la hizo el periodista Julio Vaqueiro, que al final le pidió un consejo para la profesión. El Papa le dijo algo que viene al pelo, precisamente para entrar en el año 99 de El Territorio y empezar a tirar la casa por la ventana: sean poetas. Poetas quiere decir creativos. El periodista no puede ser una máquina, un papel carbónico que diga matemáticamente lo que pasó. Un periodista tiene que ser creativo, creativo respetando la verdad, la realidad.

Después siguió con lo que suele llamar los cuatro pecados del periodismo, que algún día podemos repasar y que repite cada vez que le preguntan, pero esto de la poesía es una novedad tan interesante que me da pie a comentar algo muy caro a la profesión y por tanto también a la historia de El Territorio como empresa periodística.

Decir la verdad es la obligación esencial del periodismo. Todas las demás características de la profesión pueden ser discutibles y también pueden mutar o tener escalas diversas. La verdad, en cambio, no tiene escalas ni es negociable. Pero lo notable en los dichos de Bergoglio es que los periodistas deben ser poetas. Gran cosa, porque alguno se imaginará que los poetas no respetan la verdad y eso no es así. Los poetas –y todos los artistas– buscan la verdad, lo que pasa es que la buscan a su modo y cada uno la expresa con su estilo, que suele ser mucho más accesible para las audiencias. La verdad de los artistas no es ni más ni menos verdad que la de los científicos, de las religiones o de los jueces. Es solo otro modo de decirla y además su misión es saciar las urgencias de verdad de todo ser humano.

El Papa agrega lo de respetar la realidad, que es todo un dato. La realidad, la historia, lo que pasó... no se puede cambiar. Pero sí se puede cambiar el relato de la historia (que por desgracia también llamamos historia) y hay muchos modos de contarla sin faltar a la verdad, tantos como personas lo cuenten. Cuando el Papa nos pide a los periodistas que seamos poetas, nos ruega que respetemos la realidad y que a la vez la hagamos atractiva, interesante, apetecible. Lo sabemos los que nos dedicamos a esta profesión, pero es genial que lo diga el Papa a todo el mundo y con esas palabras tan claras.

Desde la época de Aristóteles los filósofos sostienen que para decir la verdad primero tenemos que saberla; por eso la definen como la adecuación del pensamiento a la realidad. El que la ignora pero igual la cuenta es un necio; y el que la conoce pero miente es un cínico. Ni los necios ni los cínicos sirven para este oficio.

21 de mayo de 2023

Voto y razón

Las noticias falsas que se difunden por las redes sociales son una plaga tenebrosa. Todos hemos sido víctimas de ellas, especialmente en los grupos de WhatsApp y nos consta que suelen ser las mismas personas las que nos alertan de una noticia siempre verosímil pero absolutamente incomprobale, mentiras lisas y llanas que algunos creen y difunden solo porque le llegan a su teléfono, pero que no las creerían si las dijera el peluquero o el taxista.

Supongo que por el mismo mecanismo que ocurre con otras expresiones, hemos acuñado fake news para decir noticias falsas por puro snobismo. Pero entre los periodistas siempre manda también la economía del espacio y del tiempo, que es determinante: cuando una palabra no cabe en un título y hay que buscar otra: en inglés siempre son más cortas.


¿Qué tienen que ver las noticias falsas con el voto? Las noticias falsas cunden por la ignorancia y la ignorancia es el peor enemigo de la democracia. No lo digo yo; lo dicen Juan Bautista Alberdi y Domingo Faustino Sarmiento, pero es tan evidente que no hace falta que lo diga nadie. La ignorancia es el peor enemigo de todo; es la pobreza más grande que se puede encontrar en este mundo y cuando se vuelve colectiva porque se generaliza entre los ciudadanos, los deja a merced de los tiranos.

Citaba a Alberdi hace dos domingos: Elegir es discernir y deliberar. La ignorancia no discierne, busca un tribuno y toma un tirano. La miseria no delibera, se vende. Alejar el sufragio de manos de la ignorancia y la indigencia es asegurar la pureza y el acierto de su ejercicio. Es evidente que para elegir cualquier cosa en esta vida primero hay que saber lo que se elige, hay que discernir entre lo mejor y lo peor, entre lo que nos hace bien y nos hace mal, entre lo que nos gusta o lo que no nos gusta, entre lo que quieren o no quieren los demás... La ignorancia cría fanáticos que no disciernen, que no preguntan, que eligen por quien les dicen que hay que votar, ni importa a quien eligen porque siempre votaron así; o eligen por quien les compró la voluntad con dádivas o promesas, o quizá solo con propaganda y falsedades bien divulgadas.

Misión del periodismo es la verdad, tan necesaria como el aire o el agua para la vida de todos, pero especialmente cuando hay que elegir a quienes nos gobiernan y también a quienes nos van a representar como oposición, porque en la verdadera democracia ningún voto se pierde. Por eso tampoco hay democracia sin periodismo (Jefferson), y no digo periodismo independiente porque si no es independiente no es periodismo. Independencia que no es equilibrio ni equidistancia porque la verdad no es el promedio de dos mentiras.

La independencia es el presupuesto básico para buscar la verdad en cualquier actividad humana, especialmente en las artes, en las ciencias y en la administración de justicia. Y el periodismo es un arte obligado a la verdad porque es alimento de sus audiencias. Y está obligado también por la justicia, porque sería una estafa no darla.

Sin información, sin saber, sin instrucción, sin educación... cualquier elección sería como un espejismo; elegiríamos hasta lo contrario de lo que queremos, porque en los grados del saber, el ignorante supino no sabe ni lo que quiere.

No hay nada más manipulable que un pueblo ignorante. Por eso el voto está necesariamente ligado a la instrucción de los votantes, para que no sean presa de la propaganda mentirosa y exagerada de los malos candidatos. En un pueblo instruido, el voto deja de ser la expresión de un sentimiento para a ser una decisión de la razón.

14 de mayo de 2023

Carlos III


El sábado 3 de mayo fue coronado en Londres el nuevo rey, Carlos III del Reino Unido de la Gran Bretaña y de otros catorce reinos que forman parte de la Commonwealth. Sabe el periodismo que estos temas atraen al público así que no fue fácil sustraerse al flujo informativo de esos días. El sábado casi no había otro tema en la televisión, con imágenes que nos parecen un poco curiosas, además de antiguas. Y no le digo lo que fueron esos días los diarios británicos, publicando pósters del recién coronado, del rey y la reina o de la familia real completa. Todos deseaban larga vida a Carlos III y otros títulos con gloria, honor y todas esas cosas. Bueno, no todos: el diario socialista Morning Star tituló: NOT OUR KING.

Nosotros lo vemos desde el otro lado del mundo, no solo geográfico sino también cultural. En general la monarquía nos parece una antigüedad, sobre todo cuando va rodeada del boato, de capas, cetros, coronas, diademas, uniformes, carrozas, espadas, palacios, pajes... y otros accesorios que no tenemos ocasión de ver por estas playas. Hay que decir también que la británica es la única monarquía que mantiene una liturgia propia de la Edad Media: la pose para las fotos de Carlos III con su capa dorada, su orbe y su cetro está inspirada en un cuadro de Carlomagno del siglo IX.

A favor de los chistes está el rey coronado a los 74 años porque su madre –que lo conocía muy bien– no quiso abdicar aunque tuviera casi 100. Lo cierto es que cada vez vivimos más, especialmente los reyes, duques y condes, que deben tener buena obra social, así que la sucesión ya no es lo que era. Quizás este rey viva 120 años y su hijo lo suceda cuando tenga 86. La edad no quiere decir nada: en Europa hay un rey que fue coronado a los 76 y que todavía, a los 86, trabaja y manda de verdad; para más datos es argentino (además de jefes de la Iglesia y aunque ya no usen corona, los papas son reyes absolutos del Estado del Vaticano). Para colmo, además de un rey hay una reina argentina en los Países Bajos, así que no nos hagamos tanto los republicanos que tenemos cabezas coronadas en dos de los ocho países con monarcas de Europa. 

Carlos tiene cara de poca cosa, o de susto, y a esta edad la cara ya no es una herencia sino huella de la vida. Para colmo se divorció de Lady Di por culpa de una amante que hoy es la reina y eso no nos gustó nada. Pero ahí lo tenemos, en uno de los países más importantes, más creativos, más poderosos, más ricos y más democráticos del mundo. Y para colmo es rey también de Canadá, de Nueva Zelanda, de Australia... y nadie duda de la condición democrática y del buen nivel de vida de esos países.

Con menos boatos reales –menos capas, cetros y coronas– tienen reyes también algunas democracias muy serias como España, Países Bajos, Bélgica, Luxemburgo, Suecia, Noruega, Dinamarca, Mónaco o Japón. Hay otras no tan serias y nada democráticas, como Jordania, Arabia Saudí, Emiratos Árabes Unidos, Baréin, Kuwait, Bután, Camboya, Malasia, Brunéi, Marruecos, Lesoto o Swazilandia. Y hay dinastías que no se llaman monarquías pero lo son: presidentes que se consideran dueños de sus países como Vladimir Putin en la Federación Rusa; Recep Erdoğan de Turquía; Háfez al-Ásad y su hijo Bashar al-Ásad que gobiernan Siria ininterrumpidamente desde 1971; Kim Il-sung, su hijo Kim Jong-il y su nieto Kim Jong-un, que se hacen los comunistas pero gobiernan como dinastía y como déspotas en Corea del Norte desde 1948. Daniel Ortega y su mujer Rosario Murillo, entronizados en Nicaragua como Carlos y Camila, pero con poder absoluto hasta en cuestiones de religión...

Entre nosotros solo voy a mencionar el caso de Melchor Posse y su hijo Gustavo, que gobiernan el ducado de San Isidro, en la provincia de Buenos Aires, desde 1983 (y ya está en carrera la tercera generación). Usted conoce los otros porque hay muchos monarcas y muchas dinastías que no se llaman monarcas ni dinastías, en todo el mundo y también en la Argentina. Son de todo tipo, en distintas escalas y en todas las instituciones, especialmente en los sindicatos.

Al fin y al cabo y con sus anacronismos, lo de Carlos III es lo de menos, y a juzgar por los resultados de ellos y de nosotros, quizá nos convenga probar con un rey, aunque sea un poco opa.

7 de mayo de 2023

Un pueblo ignorante elige tiranos

En la Argentina el voto es universal, secreto y obligatorio desde la sanción de la ley 8.871 del 10 de febrero de 1912. Se la llama Ley Sáenz Peña por su promotor, el presidente Roque Sáenz Peña, pero fue sancionada por el Congreso de la Nación, como corresponde. En esa época todavía a nadie se le ocurría que las mujeres pudieran votar, así que no se las incluía dentro del concepto universal y recién pudieron hacerlo por primera vez el 11 de noviembre de 1951. La ley 13.010 del voto femenino es de 1947, pero llevó cuatro años el proceso de crear el Registro Civil, ya que hasta ese entonces solo la Iglesia llevaba algún registro de nacimientos y el padrón de los varones era cosa de las Fuerzas Armadas. En ese lapso se les otorgó partida de nacimiento y libreta cívica a las 4.222.467 mujeres, que se sumaron al total de 8.623.646 electores de 1951. Durante 60 años, desde 1951 a 2011, las mujeres votaron en mesas distintas de los varones; y por disposición del artículo 4 de la ley 13.010 no se consignaba el año de nacimiento para no deschavar su edad. Eva Duarte, la gran impulsora de la apertura de este y otros derechos para las mujeres votó en el Hospital Presidente Perón de Avellaneda. Evita estaba internada por una operación para intentar extirpar el cáncer de útero que se la llevó el 26 de julio de 1952.

 
¿Cómo era el voto antes de 1912? La Constitución de 1853 no estableció ningún mecanismo electoral. Lo hizo la ley 140 de 1857, basada en principios consagrados por Juan Bautista Alberdi. El voto era nominal, facultativo (no obligatorio) y público (no secreto). Se votaba de viva voz o por escrito, pero los votos en papel eran leídos en voz alta en el momento del escrutinio. Podían votar los varones mayores de 21 años. No podían votar los sordomudos, ni los extranjeros, ni los eclesiásticos, ni los habitantes de los territorios nacionales que recién pudieron hacerlo junto con las mujeres en 1951. Se votaba por una lista de candidatos y la que sacaba más votos se llevaba todos los cargos. Las elecciones duraban tres días y se votaba en las parroquias y siguiendo sus jurisdicciones, que hasta hace poco se llamaron parroquias. A las 8 de la mañana del primer día se reunía la asamblea electoral en cada iglesia y elegía las autoridades de mesa que recibían los votos hasta las 4 de la tarde del primer día y desde las 9 de la mañana a las 4 de la tarde los dos días subsiguientes. Además, y desde 1853 hasta 1994 el sistema era indirecto: se elegía un colegio electoral que se reunía para elegir al presidente.

En 1853 Alberdi escribió sobre el voto que el sistema electoral es la llave del Gobierno representativo. Elegir es discernir y deliberar. La ignorancia no discierne, busca un tribuno y toma un tirano. La miseria no delibera, se vende. Alejar el sufragio de manos de la ignorancia y la indigencia es asegurar la pureza y el acierto de su ejercicio. Es más conocido lo que decía Domingo Faustino Sarmiento, porque se ha convertido en su frase más emblemática: educar al soberano, convencido de que no habría una democracia fuerte si el pueblo que elegía a sus gobernantes no estaba educado. Es la misma idea de Alberdi: un pueblo ignorante terminaría eligiendo tiranos.

A estas se suma la expresión sepa el pueblo votar que solemos usar sin saber bien de dónde viene. No fue Leandro Alem el que la acuñó y parece que tampoco fue Roque Sáenz Peña, que sí dijo quiera el pueblo votar, más acorde con la idea de la ley del voto universal; es que lo que le preocupaba a Sáenz Peña era facilitar la voluntad de votar de los ciudadanos, ya que el voto cantado alejaba a los que no se atrevían a hacerlo en contra de las autoridades. Sepa el pueblo votar es hoy la expresión más cabal de la necesidad de la educación de los que eligen, para que tengamos una democracia, sana, fuerte y duradera. Hoy estamos igual que en aquellas épocas, necesitando con urgencia años de buena educación que mejoren nuestra democracia.

30 de abril de 2023

Alguien piensa que somos estúpidos


Se acerca la fecha de la elecciones provinciales y, como siempre, también la de los anacronismos de nuestra democracia electoralista. Escribo lo mismo en versiones distintas con motivo de cada comicio, porque compruebo las mismas taras, repetidas como si fueran la esencia de un mecanismo para activar la democracia. Las elecciones no son el fin sino una consecuencia del sistema democrático, que se basa en la convivencia pacífica de los que piensan distinto. El principio contrario es la imposición a las minorías del pensamiento de las mayorías. Por eso, la elección sirve para saber cuántos y quienes son la mayoría y cuántos y quienes las minorías: unos van a gobernar y otros van a disentir... o no, que cada tema tiene su gente a favor y en contra.

El disenso es el factor que le ha dado más fuerza a la democracia, porque solo las ideas que se confrontan hacen crecer el pensamiento, consiguen el progreso y el desarrollo de los pueblos. El pensamiento humano avanza confrontando, verificando, equivocándose, pidiendo opiniones, rectificando, mejorando... Y el pensamiento único no avanza por la mismísima razón. La comprobación empírica es la que muestra a las democracias entre los países más avanzados del mundo y a las dictaduras autoritarias entre los más retrasados.

Pero quería también resaltar la antigüedad y el paternalismo de nuestra liturgia democrática. Y recordar que algún día tenemos que desprendernos de esas rémoras si queremos una democracia moderna y un sistema republicano adaptado a esa modernidad.

El vicepresidente no tiene ninguna razón de ser en un mundo que se puede gobernar a distancia. Se ha convertido en una persona que espera... espera que se muera el presidente o quede inhabilitado, para sucederlo, como si no alcanzara con la línea de sucesión de los cargos electivos que hoy están debajo del vicepresidente. También es una antigüedad el presidencialismo, que es una monarquía con fecha de vencimiento. Y la jura de los cargos, que ya es por cualquier cosa y que para colmo hacemos en castellano del siglo XVIII.

Todavía elegimos a los candidatos como en el siglo XIX, con papelitos llenos de nombres –la mayoría desconocidos– que metemos en una caja de cartón. Para eso, tenemos que ir hasta el lugar donde se vota, hacer cola, elegir el papelito y ponerlo en un sobre. Toda una organización que incluye autoridades de mesa, fiscales, seguridad, logística, limpieza, catering... En el mundo ya casi no existe el dinero, hacemos las transacciones bancarias sin ir al banco y sin llenar una sola papeleta; ni las multas tienen boleta, pero resulta que hay que ir a votar con un papel metido en un sobre. Está probado que se puede votar electrónicamente por cada candidato, y evitar las listas, en pantallas que todos manejamos, instaladas en los lugares de votación. Pero además se puede saber –sin gastar millones en encuestadores– cuántos y quiénes estamos a favor y en contra de cada decisión del gobierno. Sería una democracia mucho más participativa, no para gobernar pero sí para conocer el pensamiento del pueblo. Y que voten los que quieran, claro, porque los que no les interesa no tienen por qué votar...

Es que el voto obligatorio es otro anacronismo y además es imposible de sancionar en épocas en que está votando entre el 60 y el 70 por ciento de los empadronados (por desuetudo, el voto ya no es obligatorio en la Argentina). En cambio en supermercados, vinerías y restaurantes siguen aplicando la ley seca, que prohibe vender alcohol desde doce horas antes de cada elección y hasta tres horas después de terminada: algo completamente inútil, antiguo, discriminatorio, paternalista y en contra de la presunción de inocencia, ya que nos prejuzga a todos como borrachos. También están prohibidos desde 48 horas antes del comicio la publicidad, el proselitismo, la difusión de encuestas, los sondeos, los datos de boca de urna y cualquier exteriorización que pueda influir en la decisión del voto: alguien piensa que somos estúpidos.

23 de abril de 2023

Vacunas, antibióticos y Neuquén

Las provincias de Río Negro y Neuquén no inauguraron el domingo pasado el calendario electoral 2023 de la Argentina: la primera en hacerlo fue La Pampa en la estrambótica fecha del 12 de febrero. Salvo, hasta ahora, un par de provincias, todas tienen fechas anticipadas para despegarse de la influencia de las elecciones nacionales. Es que no es una buena idea que la política nacional contamine a la provincial o municipal. Por ley deberían estar separadas y elegir en un día distinto también a los diputados y senadores nacionales de cada provincia, que todavía están vandalizadas por las elecciones presidenciales cada cuatro años.


No hubo sorpresas en las de Río Negro, pero sí en las de Neuquén, la estratégica provincia de Vaca Muerta, donde perdió por primera vez la gobernación de la provincia el Movimiento Popular Neuquino.

El MPN fue fundado por los hermanos Elías, Felipe y Amado Sapag el 4 de junio de 1961 en el pueblo neuquino de Zapala, a donde llegaron sus padres desde el Líbano en 1913. Elías había nacido en 1911 en el Líbano. Felipe y Amado nacieron en la Argentina, igual que otros cinco hermanos. Los tres estuvieron presentes en la historia política de la provincia durante por lo menos 50 años. Ahora, ya fallecidos los fundadores, los suceden sus hijos y nietos, que no siempre llevan el apellido Sapag. Felipe fue cinco veces gobernador (hasta fue gobernador de facto durante la presidencia de Onganía). Elías fue senador nacional durante tres periodos. Amado fue intendente de Zapala durante seis periodos y también fue intendente de facto.

Durante algunos años la hegemonía del partido estuvo en manos de Jorge Sobisch, que, aliado con algunos Sapag, se cruzó en la interna con otros Sapag (todos de la segunda generación); ganó y desde el MPN accedió a la gobernación por primera vez en 1991 (vicegobernador Felipe Rodolfo Sapag), la segunda en 1999 (vicegobernador Jorge Sapag) y la tercera en 2003 (ya sin Sapag tan cerca). Pero siguió siempre dentro del MPN, el partido provincial de los Sapag que ganaba las elecciones desde 1962.

Siempre hay oposición. Y cuando hay un movimiento o un partido tan hegemónico que parece imbatible, la oposición aparece adentro del partido. Felizmente es la condición de la naturaleza humana: a la tesis y a la antítesis las inventaron Adán y Eva y no Marx y Engels. Sin la disidencia el mundo no habría progresado. Por eso es tan importante entender y vivir la democracia como la convivencia pacífica de los que piensan distinto. Y por eso, al no haber disidencias en las tiranías, el pensamiento no progresa y el progreso se estanca.

Un periodista de Buenos Aires ocupaba una linda metáfora para explicar lo de Neuquén. Decía que no era un antibiótico sino una vacuna el remedio contra el MPN. El antibiótico es un enemigo que ataca al germen que enferma. La vacuna, en cambio, es un amigo: la misma enfermedad que se inocula para crear los anticuerpos necesarios para vencerla. Eso es Rolando Figueroa, el gobernador electo de Neuquén, un hombre con larga carrera política en el MPN que le ganó al MPN casi sin campaña, ni publicidad, ni medios a favor. Leía el descontento desde adentro –y arriba– del MPN y le alcanzaron apenas seis meses para fundar un partido y desbancar 61 años de MPN.

Es una lección de teoría y de práctica política que hay que aplicarse: no hay mejor cuña que la del mismo palo, pero la historia se acelera tanto que hoy alcanzan dos estaciones para cambiarlo todo. No me digan que no avisé.

16 de abril de 2023

Que venga Pellegrini, Julio

Cambalache debe ser el tango más conocido de Julio Sosa. Es el de la Biblia junto al calefón. Está dedicado al siglo XX, que ya pasó, pero en el XXI sigue siendo actual porque como entonces, hoy resulta que es lo mismo ser derecho que traidor, ignorante, sabio o chorro, pretencioso estafador. Todo es igual, nada es mejor, lo mismo un burro que un gran profesor...

Pero hay un tango menos conocido de Sosa, que hoy está más vigente que nunca. Se llama Al mundo le falta un tornillo y dice, entre otras cosas que hoy no hay guita ni de asalto y el puchero está tan alto que hay que usar el trampolín. Si habrá crisis, bronca y hambre que el que compra diez de fiambre hoy se morfa hasta el piolín.

Lo que más me gusta de este tango es la estrofa que le da nombre, la que dice que al mundo le falta un tornillo, que venga un mecánico para ver si lo puede arreglar. Para el Varón del Tango solo hace falta un mecánico que ajuste el tornillo que está suelto o se perdió en alguna curva del camino. Y aclaro que lo del tornillo es la metáfora que usábamos hace años para referirnos a los que les patina el embrague, les faltan caramelos en el frasco o no tienen todos los patitos en la fila.


A la Argentina le falta un mecánico porque le falta un tornillo. Por eso pienso que lo que necesitamos es que vuelva alguien como Carlos Pellegrini. Pellegrini fue presidente de la Argentina desde el 7 de agosto de 1890 al 12 de octubre de 1892: dos años, dos meses y cinco días. Y le alcanzó ese tiempo para arreglar el desastre del gobierno de Miguel Juárez Celman, de quien era vice y a quien sucedió hasta terminar su período. Juárez Celman renunció a causa de la llamada Revolución del Parque, que se desató por el descontento del pueblo contra su desgobierno, y Pellegrini no tenía que pensar en ninguna elección para mantenerse en el poder y terminar sus reformas porque entonces el período presidencial era de seis años sin reelección inmediata. No sabemos si fue por esa razón que encaró las reformas sin titubeos; pero lo que sí sabemos es que lo hizo y que puso al país en el sitio en que estuvo hasta que en 1930 empieza esta decadencia que parece no tener fin.

No hay que ser Mandrake para predecir que la inflación del año que viene, gobierne quien gobierne, va a ser mayor que la de este año. Quien venga tendrá que acelerar los cambios que hay que hacer para bajarla, pero con la seguridad de que primero va a subir; y son precisamente las medidas a las que hoy nadie se anima para no quedar sin votos en las próximas elecciones. Todo hay que hacerlo antes de que la fiebre electoral lo malogre por miedo a perder poder en las elecciones de medio término o en las generales: cualquiera sabe que con una inflación del 120 % anual (con suerte) y sin futuro cierto a la vista, no hay modo de ganar ninguna elección, así que hay que evitar que los efectos en la población malogren la continuidad del programa.

Para ahorrar dinero y desconectar la impresora de billetes, no queda otra que bajar los subsidios a los servicios públicos. La otra medida que parece necesaria es la devaluación de la moneda hasta ponerla en su sitio real. Estas dos medidas traerán, al principio, un aumento de la inflación; por eso la urgencia. Además hay que reducir drásticamente las ayudas sociales y el gasto público; dos medidas que pueden reducir la inflación pero son muy impopulares y que, sin pregonarlo, las está tomando el gobierno actual.

Decididamente necesitamos que venga Carlos Pellegrini con un buen destornillador. A favor va a tener el litio y el cobre de la Cordillera, el gas y el petróleo de Vaca Muerta y el fin de esta larga sequía que ya augura años de buenas cosechas.

9 de abril de 2023

Pateadura

Los medios de toda la Argentina estuvieron ocupados durante gran parte de la semana pasada en la pateadura que le dieron unos colectiveros a Sergio Berni, el Ministro de Seguridad de la Provincia de Buenos Aires. El hecho que provocó la paliza fue el asesinato de un colectivero a las 4.30 de la madrugada del lunes. El chofer asesinado se llamaba Daniel Barrientos y estaba a punto de jubilarse. Manejaba la unidad 87 de la línea 620 que recorre calles y avenidas del municipio de La Matanza, una de las zonas más populares de lo que hoy se llama el conurbano bonaerense.

Según el censo de 2022, el partido de La Matanza tiene 1.837.774 habitantes, que son algo más que la suma del mismo censo para todos los habitantes de las provincias de Misiones y Formosa. Aunque sea el más populoso, es tan solo uno de los 40 municipios que componen el Gran Buenos Aires, con casi un tercio de la población de la Argentina, donde se supone que está la llave de cualquier elección presidencial.

Me referí a dos hechos lamentables, uno peor que el otro. Primero el asesinato de Daniel Barrientos por unos bandidos que se subieron a la unidad para robarle las pertenencias a ocho pasajeros, y como quien saluda le pegaron el tiro que acabó con la vida del chofer. Hay que agregar que los hechos de inseguridad son bastante habituales en esa zona, tanto que no es el primer chofer de esa línea que pierde la vida por asaltos semejantes: en 2018 mataron en el mismo barrio y en circunstancias parecidas a Leandro Alcaraz, también colectivero de la 620.

Indignados por el asesinato de su compañero, unos cuantos choferes iniciaron un paro y manifestación para pedir seguridad a las autoridades. Fue en medio de esa manifestación que llegó en helicóptero el ministro Berni con la idea de apaciguar los ánimos y dar la cara, una actitud que se ve poco entre los funcionarios, que tienden más a esconderse y no decir ni mu ante situaciones que pueden comprometerlos. Pero esta vez, Berni tampoco pudo decir ni mu porque los colectiveros literalmente le rompieron la cara. Lo acorralaron contra un muro de la colectora de la avenida General Paz y lo molieron a patadas y trompadas además de tirarle todo lo que había a mano. Berni fue rescatado por la Policía, y no importa si fue de la Provincia o de la Ciudad de Buenos Aires. A la tardecita de ese mismo día y con las marcas de la pateadura, Berni apareció en los canales de televisión más afines al gobierno nacional dando su versión de los hechos y culpando a una supuesta maniobra de la oposición que buscaba sembrar el caos.

Hay otras consecuencias que no vienen ahora al caso. Solo quería decir que el asesinato del colectivero no justifica, de ningún modo, romperle la cara a Berni ni a nadie. Tampoco la violencia de la agresión a Berni justifica el operativo que se realizó al día siguiente para llevarse presos a dos colectiveros identificados como algunos de los que le rompieron la cara. No se puede justificar la violencia con la violencia y es urgente que nos libremos de los razonamientos adolescentes que no nos dejan pensar como adultos. Quizá Berni actuó como adolescente, o los choferes... pero eso no autoriza a nadie a actuar también como adolescente. Es al revés: la respuesta a la conducta adolescente debe ser siempre adulta, prudente, y no la que solemos dar cuando justificamos nuestras inconductas con las inconductas ajenas. Pero bueno... esto de la adolescencia colectiva nos viene trayendo a los argentinos hace años por la calle de la amargura.

Algo más: Sergio Berni se parece en esto a Fernando Burlando, el abogado de la familia de Fernando Báez Sosa asesinado en enero de 2020 en Villa Gesell por una patota de amigos de Zárate. Con pretensiones políticas explícitas, uno y otro usan a los medios de comunicación y a unos cuantos periodistas ingenuos para conseguir amplias cuotas de conocimiento público, algo que en términos publicitarios cuesta muchísimo dinero.

2 de abril de 2023

Peligrosa colonización ideológica


Dejé para esta tercera columna lo más fuerte de todo lo que dijo el Papa Francisco en las entrevistas que se publicaron con motivo de cumplirse diez años de su elección como Sumo Pontífice: a las de Infobae y La Nación se agrega ahora la de Gustavo Sylvestre que se publicó jueves pasado en C5N. Transcribo parte de la respuesta del Santo Padre a Elisabetta Piqué, la corresponsal de La Nación, sobre la ideología de género: es una de las colonizaciones ideológicas más peligrosas. Va más allá de lo sexual. ¿Por qué es peligrosa? Porque diluye las diferencias, y lo rico de los hombres y de las mujeres y de toda la humanidad es la tensión de las diferencias. Es crecer a través de la tensión de las diferencias. La cuestión del género va diluyendo las diferencias y haciendo un mundo igual, todo romo, todo igual. Y eso va contra la vocación humana.

El Papa recuerda la novela Señor del Mundo de Robert Hugh Benson, que siempre recomienda. Benson se imagina en 1907 un mundo futuro, gobernado por una sola persona, en el que todo es igual, colonizado por una trascendencia sin Dios, porque el hombre se ha puesto en su lugar. Y sigue el Papa: hay gente un poco ingenua que cree que es el camino del progreso y no distingue lo que es respeto a la diversidad sexual o a diversas opciones sexuales de lo que es ya una antropología del género, que es peligrosísima porque anula las diferencias, y eso anula la humanidad, lo rico de la humanidad, tipo personal, como cultural y social, las diferencias y las tensiones entre las diferencias.

La ideología de género es consecuencia del narcisismo, del egoísmo que se ha instalado en nuestra sociedad como si fuera algo bueno. Vivimos en la era del yo, del ahora y del fluir como únicos patrones de conducta: hago lo que tengo ganas sin importar las consecuencias para mí y ni para el resto. Lo curioso de la observación del Papa es que da vuelta el argumento: el individualismo significa uniformidad y no diversidad, precisamente porque hemos decidido anular las diferencias esenciales que impone la naturaleza, como si eso fuera posible.

Es el paradigma de la generación tatuada, que no repara en operaciones irreversibles cuando la vida, gracias a Dios, siempre fue lo más reversible que hay. El caso de los tatuajes viene al pelo porque igualan más que diferencian: son distintos pero son todos iguales y además son irreversibles, cuando lo lindo de la vida es equivocarse, arrepentirse y mejorar. Los errores y los fracasos enseñan mucho más que el éxito, que además es siempre esquivo. Y equivocarse, arrepentirse y mejorar es central en el mensaje cristiano.

Es tan evidente que los humanos somos varones y mujeres, machos y hembras, como todos los animales, y que eso no se puede cambiar por más que lo intentemos, como si por mucho pensar en un venado me fueran a salir cuernos, o si me implantara trompa y colmillos me convertiría en elefante. Esa tendencia sin sentido coloniza el mundo desde Adán y Eva. Es la ignorancia colectiva que nos imagina forjando un futuro en el que el ser humano es capaz de todo, como Dios, cuando apenas somos unas hormigas levantando las antenas para saber a dónde vamos. Lo que nos diferencia de las hormigas es el don divino de la libertad, que nos permite revelarnos contra nuestra propia naturaleza y elegir entre el bien y el mal.

No sé quién dijo primero que Dios perdona siempre, los hombres a veces y la naturaleza nunca, pero es un gran verdad que Jorge Bergoglio también ocupa de vez en cuando. Por mucho que nos amemos a nosotros mismos, no somos Dios y tampoco podemos cambiar las leyes de la naturaleza. Nos conviene respetarlas porque lo mismo que no podemos respirar abajo del agua o salir volando como los caranchos, tampoco podemos cambiar las otras semejanzas y diferencias que la naturaleza nos impuso.

26 de marzo de 2023

Todos significa todos

El domingo pasado prometía seguir con algunas precisiones del Papa Francisco sobre temas de actualidad. Están contenidas en dos entrevistas que se publicaron en Infobae y La Nación con motivo de los diez años de su elección en Roma. A la primera la hizo Daniel Hadad, a la segunda Elisabetta Piqué.


Antes de entrarle a los dichos del Papa, creo prudente hacer unas precisiones sobre los conceptos de pecado y delito. Pecado es una ofensa a Dios. Delito es lo que la ley penal establece que es delito. A veces coinciden y a veces no: la codicia, por ejemplo, no es delito pero sí es pecado. Los pecados son universales porque lo que es pecado en Japón también es pecado en Canadá. Los delitos, en cambio, pueden cambiar según las leyes de cada país. Los estados confesionales, como las repúblicas islámicas, confunden delito y pecado; gracias a Dios, los cristianos preferimos la separación de la Iglesia y el Estado tanto como los anticlericales más fanáticos.

Los cristianos, además, confiamos en que hay una ley superior, que está inscrita en la naturaleza y contradecirla acarrea graves consecuencias individuales y colectivas, y no solo espirituales. El aborto o la eutanasia pueden no ser delitos para las leyes civiles pero sí lo son para la ley natural (la ley natural es la que permitió condenar a los criminales de guerra nazis que alegaban el fiel cumplimiento de las leyes de su país en los juicios de Nuremberg).

La homosexualidad no es pecado en sí misma y el Papa insiste en que no debe ser nunca un delito, como hoy lo es en unos 30 países, un tercio de ellos con pena capital. Lo que está mal –y es pecado pero no delito– es el uso del sexo para cualquier fin que no sea la procreación, pero a eso lo sabemos hace siglos y mucho más desde la encíclica Humanæ Vitæ de Pablo VI. Pero la respuesta de Francisco va muchísimo más allá: la salvación es para todos, sin exclusión de ningún tipo. Eso es central en el mensaje de Jesucristo y es la misión esencial de la Iglesia. Todos significa TODOS, también justos y pecadores, ucranianos y rusos, fachos y zurdos, gorilas y peronistas, ricos y pobres, cristianos y paganos, homosexuales y heterosexuales, casados y divorciados... Jesús llama a todos y cada uno resuelve su relación con Dios como puede o como quiere. A veces uno quiere y no puede, pero el Señor espera siempre, explica el Papa.

Si los curas pueden o no casarse, dice Bergoglio que no hay problema. Nunca lo hubo y los curas que no se casan son los de la Iglesia latina, occidental, pero entre los de rito oriental sí hay opción al matrimonio. Ante el planteo de si habría más vocaciones en el caso de que se permitiera el matrimonio a los sacerdotes, el Papa es contundente porque la experiencia de la Iglesia también es contundente a favor del celibato obligatorio de los curas, así que no le parece una buena idea y él mismo no piensa abrir esa ventana.

Respecto del divorcio, que las leyes de la Iglesia no admiten porque el matrimonio es para toda la vida, Francisco repite algo que dijo tres veces Benedicto XVI: gran parte de los matrimonios que se celebran en la Iglesia son inválidos por falta de fe. Y como no se puede disolver una cosa que no existe, bastaría con probar que no existió. El Papa recomienda acudir al obispo a quienes pretenden otra oportunidad: es el obispo quien tiene la jurisdicción y la competencia para sentenciar si antes hubo o no matrimonio. La nulidad de cualquier acto jurídico es un principio básico del derecho, lo novedoso es que dos Papas afirmen que la mayoría de los matrimonios por la Iglesia son inválidos.

Hablando de las resistencias a sus reformas, el Papa dio una gran lección de política contemporánea: sospecharía de decisiones en las cuales no hay ninguna resistencia.