12 de marzo de 2023

Infierno en el puente


El sábado pasado se incendió un depósito clandestino de combustible en Formosa. Le cuento lo que pasó según informa la prensa de esa provincia, pero le advierto que no había que ser muy adivino para saber que algún día iba a ocurrir.

Muchos de los habitantes del barrio Las Orquídeas, al norte de la ciudad de Formosa, viven del contrabando. Pero para no hacer una valoración legal, mejor digamos que son comerciantes que viven del trapicheo de mercadería entre la ciudad de Alberdi, en el Paraguay, y Formosa, de este lado del río Paraguay. Para que se entienda mejor, le recuerdo que Alberdi está ubicada en una península –un meandro alargado del río– que se clava como un puñal en la geografía de Formosa. También anoto que Juan Bautista Alberdi es tan prócer en el Paraguay como en la Argentina, aunque por motivos distintos.

Alberdi era un gran jurista y sabía muy bien algo que se sostiene desde el tiempo de los romanos: la distinción entre las conductas que son malas en sí mismas y las que están mal porque una ley lo establece. A las primeras se las llama mala per se y a las segundas mala prohibita. Matar, torturar, violar, robar, estafar, mentir... son conductas malas en sí mismas y por eso las leyes las reprimen. El contrabando, en cambio, es el típico caso de mala prohibita, ya que lo que hoy es ilegal, mañana puede no serlo si cambian las leyes o si se diluye la frontera.

El incendio de Formosa se inició accidentalmente, mientras alguien fraccionaba combustible con una motobomba en un galpón del barrio. El fuego afectó también a un inmueble vecino y fue apagado por seis dotaciones de bomberos. Felizmente no hubo víctimas porque el hombre que manipulaba el artefacto pudo rajar a tiempo. Cuentan las crónicas que un bombero se descompensó, pero fue atendido y se recuperó rápidamente. Del depósito no quedó nada y los vecinos están bastante preocupados, no por el negocio de los paseros que les da de comer, sino por la seguridad del barrio, ya que no es el único lugar donde se acopia nafta para vender en Alberdi.

Es como para preocuparse, con tanto combustible trasegado sin ninguna norma de seguridad. Basta con visitar una estación de servicio para constatar las medidas que se toman para no correr riesgos y también los roles y protocolos que deben seguir los empleados en caso de que se produzca un siniestro. Para colmo, los que llevan combustible al Paraguay van y vienen con bidones o con tanques sumplementarios instalados en autos bastante desvencijados. Cuando van llenos son peligrosos porque van llenos y cuando van vacíos puede ser peor porque el aire y la nafta –que son el principio elemental del motor a explosión– pueden convertir un bidón con restos de nafta en un artefacto explosivo.

Justo unos días antes un buen amigo me comentaba que algo así puede pasar en Posadas. Hay que suponer que si existen en Formosa es muy probable que en Posadas haya lugares clandestinos donde se fracciona parte de la nafta que se carga en autos que cruzan a Encarnación. Más de una vez se han detenido autos con tanques extra fabricados artesanalmente. Imagínese el peligro que supone para la población o para los que cruzan el puente y pasan horas en la fila o en esos amontonamientos de autos que todos conocemos.

¿Qué pasaría si una chispa fortuita, un pucho mal apagado o un encendedor que prende un cigarrillo, provoca un incendio que empieza en un auto y se traslada en cadena a cientos de vehículos con sus pasajeros a bordo? Me imagino un panorama tan dantesco que mejor ni pensarlo.