5 de octubre de 2025

La plata y la deuda

No han cambiado las cosas desde el mes pasado en la Argentina, donde habrá elecciones de medio término el último domingo de este mes. Son elecciones para renovar la mitad de de la Cámara de Diputados y un tercio de la de Senadores. No creo que sea una buena idea tener elecciones cada dos años ni que el período presidencial sea espejo del de Estados Unidos, pero es lo que hay.

El gobierno nacional sigue en sus trece de equilibrar las finanzas y terminar con la inflación a como dé lugar y para eso ha dejado de emitir dinero y ha reducido drásticamente el gasto público. El mantra es no hay plata, pero... ahora hay que enfrentar unas elecciones con esa monserga. La oposición, por su parte, sigue con la única estrategia de decir que los del gobierno son iguales a ellos: mentirosos, ladrones y corruptos.

La casta política odia a Javier Milei, porque antes de ser diputado mostró a los argentinos cómo los manipulan los políticos. Si consigue a fin de mes el número suficiente de diputados y senadores para impedir que le anulen sus vetos, no habrá barreras para el avance de las reformas libertarias y se acaba la mala costumbre de enriquecerse a costa del pueblo, al que le roban con impuestos, emisión de moneda y la ilusión de igualarlos a todos, pero para abajo.

La verdad es que las medidas de Milei son lo contrario de demagógicas o electoralistas. Todos estamos sin plata y el país en el pozo en que lo dejó el populismo infantil de estos últimos... 100 años. Pero Milei ha conseguido frenar la inflación y confía en que la gente votará a sus candidatos para luego impedir que dos tercios de cada cámara legislativa le anule los vetos a las leyes que la casta sanciona solo para hacerlo caer.

Después de que no le fuera tan bien a sus candidatos en las elecciones de la provincia de Buenos Aires del 7 de septiembre pasado, Milei ha conseguido que el Tesoro de los Estados Unidos le preste el dinero que necesita para mantener el dólar en su lugar, aumentar las reservas del Banco Central y seguir evitando la inflación. Leyó bien: no es el Fondo Monetario Internacional sino el mismísimo Tesoro de los Estados Unidos, que no quiere que fracase su aliado predilecto en Nuestra América (en este sentido, para la Argentina es una suerte que en Brasil esté Lula y en Chile, Boric).

Así que ahora la oposición destituyente ha empezado con otra cantinela que repite a cada rato para que los medios llenen sus redes, sus páginas de papel y sus video walls. ¿Cuál fue el precio de este swap? ¿Qué le dio Milei a Trump a cambio? ¿Se van a llevar nuestro litio? ¿Les esta dando un área para bases militares? ¿Van poner una base naval en Ushuaia? ¿Está regalando nuestra agua dulce? ¿Se tienen que ir los chinos de su base de observación en la Patagonia?

 

Preguntas tontas, solo para una opinión pública que cada día entiende más de estas cosas y hace menos caso a los políticos. Es evidente que el pago de la deuda de ningún país se puede hacer emitiendo dólares. Al final, todo se paga con recursos naturales, con minerales, con geopolítica, con alineamientos y con alianzas. ¿Cuál sería el problema?